jueves, 4 de octubre de 2018

Emociónate...Aprende



"Sin emoción no hay aprendizaje."

Esto asegura Francisco Mora (Granada, 1945), doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford y catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense, que ha aportado su conocimiento en los nuevos enfoques de la Educación. 


Mora asegura que el elemento esencial en el proceso de aprendizaje es la emoción, porque sólo se puede aprender aquello que se ama, aquello que le dice algo nuevo a la persona, que significa algo, que sobresale del entorno. 


En su libro "Neuroeducación" (2017), dice: “Sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaje, no hay memoria”. Pone al descubierto “las preguntas centrales que son de interés y preocupación en el mundo de la enseñanza a cualquier nivel y ayudar a desentrañar las claves de cómo contestarlas a la luz de los conocimientos más recientes de la neurociencia cognitiva”.

Por otra parte, emétodo Waldorf de pedagogía, ideado por el austriaco Rudolf Steiner a principios del siglo XX, "huye de la enseñanza dirigida, jerárquica y competitiva, y basa su estrategia en la capacidad de los niños para imitar, imaginar y experimentar, adaptándose a su desarrollo y despertando su interés por conocer el mundo."

Uno de sus principios es "el niño aprende a través del hacer y también a través del sentir", Por eso se incluyen las artes en esta pedagogía, porque es, entre otras cosas, a través de la música, danza, artes visuales, teatro, poesía...  que el niño conecta emocionalmente con los contenidos académicos, de la mano de un tutor que lo acompañará durante todo el ciclo, creando un verdadero vínculo afectivo.

Cuando los niños se sienten atraídos por algunas de estas artes, por ejemplo, la Fotografía y otras artes plásticas, se despierta en ellos el asombro de conocerla, de saber cómo funciona, de experimentar y descubrir de lo que es capaz de hacer, utilizándola creativamente. Esto genera la emoción del logro, de ver sus creaciones fotográficas y se despierta la curiosidad por saber más, se conecta emocionalmente, haciéndola su medio de expresión creativa.

Los estudios en materia de Neurociencia aplicados a la Educación, afirman que esta emoción que logra enganchar a los niños, prepara al cerebro para seguir aprendiendo. Y para aprender de cualquier tema o materia, ya que tanto la Fotografía como cualquier arte y/o actividad lúdica, puede ser utilizada por el maestro, como el vehículo para llevar a los niños a "querer aprender más" de cualquier materia.

Francisco Mora afirma que “los niños hoy aprenden, desde muy pronto, conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que se aleja de aquel “juego” primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial directo, “con alegría”, base de la atención y el despertar de la curiosidad”.

Entender esto hoy, y desde la perspectiva de cómo funciona el cerebro y sacar ventaja de ello –afirma– “es un primer principio básico de la enseñanza con el que se puede llegar a aprender y memorizar mejor. Estos principios se pueden extender en su aplicación no sólo a la enseñanza básica o durante la adolescencia sino a los más altos estudios universitarios o a estudios aplicados ya sea a la empresa o la investigación científica”.


Imagen: pixabay.com