La rutina diaria de preparar a los niños a la hora de dormir, siempre, o casi siempre, incluye la lectura de un cuento. Pero, ¿sabías que también puedes contar tus propios cuentos? Esos que nacen de la familia, de los recuerdos...
Al igual que leer cuentos, ver fotos, álbumes familiares y contar anécdotas puede ayudar a los niños a relajarse antes de dormir y tener un sueño placentero.
Muchos psicólogos aseguran que ver fotos es como releer un buen libro: cada vez que las miramos, descubrimos, recordamos y hasta creamos una nueva percepción.
Esto es lo que le ocurre a tus niños cada vez que los entretienes viendo su propio álbum de fotos o el álbum de la familia.
Ver a sus seres queridos, incluso los que ya no están, así como escuchar anécdotas e historias de la familia los ayuda a entender los procesos de crecimiento de las personas, los hace conscientes de pertenecer a un grupo familiar, fortalece su autoestima y los ayuda a entender su entorno cercano. Y todo esto con el valor agregado de participar de un momento de conexión contigo, muy positivo para su desarrollo porque los hace sentirse queridos, confiados y seguros.
Este hábito es muy beneficioso en la infancia porque la fotografía está íntimamente ligada a los recuerdos: fotografiamos esos momentos especiales que queremos volver a ver y a recordar. Y los niños, a medida que crecen, comienzan a fijar los primeros recuerdos, a través de las imágenes y las emociones que perciben o sienten al verlas.
Así que, si quieres agregar un nuevo elemento a tu rutina de "ir a dormir" con tus pequeños, empieza a desempolvar esos álbumes, cargados de tantos recuerdos bonitos, de tanta buena energía para compartir momentos de relax en familia. Muy pronto tus niños te dirán cada noche... "Mamá, cuéntame unas fotos" ;)
Mayela Fabbiani
Imagen de freepik.com
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