Desde hace algunos años se están desarrollando una gran cantidad de investigaciones y proyectos educativos que vinculan la inteligencia emocional con las artes.
Es un hecho que el arte despierta emociones y también, las emociones despiertan talentos artísticos.
Para conseguir el desarrollo integral de los niños, no solo es necesario que obtengan conocimientos a nivel de contenidos curriculares sino que también es imprescindible conocer sus emociones, saber entenderlas y canalizarlas. De igual forma, ayudar a los niños a entender sus propias emociones y expresarlas a través del arte, contribuye a su sano desarrollo emocional.
El arte, en todas sus facetas, lo cual incluye a la Fotografía, es un vehículo muy importante para trasmitir y entender las emociones.
Es increiblemente gratificante ver las diversas emociones que se despiertan en un grupo de niños o de adolescentes, cuando, por ejemplo, se les muestra el proceso de revelado de una fotografía, o cuando conocen el principio básico de la cámara oscura. Asombro, sorpresa, alegría...
Es precisamente esa emoción inicial la que enciende esa chispa creadora en los pequeños aprendices, la que los hace entender que, eso que parece magia, es un proceso físico-químico, pero que también, puede convertirse en un recurso propio para crear arte, para entender sus emociones y transmitirlas a otros.
La composición de una imagen, el sujeto de un retrato, la asociación de colores y muchos otros indicadores visuales son formas de expresión que los pequeños proyectan de manera espontánea, porque las están realizando en una actividad placentera, que les genera una conexión con su entorno y que los ayuda a descubrir su talento...la Fotografía.
Mayela Fabbiani
Imagen: pixabay.com
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